miércoles, 13 de enero de 2016

QUE SENTI AL PARTIR: pensamientos de últimos días en Chile

A tres semanas de dejar el país que ha sido mi hogar por 26 años, los sentimientos abundan a flor de piel.La emocionalidad se apodera de cada célula de mi cuerpo.Si hay algo que odio en la vida es decir adiós. Cuando la gente me pregunta cómo me siento normalmente respondo que triste, y de ahí nace el pedante comentario: "tu elegiste irte así que ahora no llores". Y sí! yo tomé esta decisión de partir y sé que nunca me arrepentiré de ella, pero eso no quita que dejar a mi familia, amigos, mascota, lugares, olores y sabores sea un sacrificio de parte de nosotros, los que elegimos irnos. ¿Por qué decidí partir? Mi curiosidad por el mundo es innata e instintiva, no vengo de una familia en la cual vacacionáramos en el extranjero durante mi niñez ni mucho más, simplemente nací así, con una sed insaciable de conocer y compartir culturas que se ha potenciado con los años y situaciones que he vivido. 

Es irónico que mi primer viaje fuera de Chile fué a los 16 años, buscando a alguien que partió, Melisa, mi mejor amiga de ese entonces, de hoy y de mañana probablemente. Su familia decidió emigrar hacia Argentina, la conocía del colegio y llevábamos seis meses cultivando amistad cuando tuvo que irse. El día de la despedida elegí ir de paseo a la playa con mis padres para evitar decirle adiós. Me arrepiento muchísimo de haber hecho eso. Cuando llegamos de la playa corrí a su casa (literal, tal cual teleserie venezolana), pero ya se habían ido. Me pareció inconcebible la idea de no verla el verano siguiente, así que cuando llegó Diciembre vendí sandías y completos, junté el dinero suficiente para los pasajes y mis padres me apoyaron con el resto, y partí el viaje a su casa un 05 de enero del 2006. 21 días en la República Argentina. Aún no me explico cómo mis padres firmaron el consentimiento para salir del país, ya que son extremadamente aprensivos, sobre todo mamá. 

El pequeño pueblito donde vivía la Meli era seguro, limpio y perfecto. Entendí por qué sus padres habían tomado esa decisión. Desde ese entonces supe que era posible, que podía ahorrar y recorrer y que no necesitaba demasiado, y lo más importante es que me sentía bien haciéndolo. Si ese lugarcito me había impresionado ni imaginaba cuánto me faltaba por ver. Cada viaje después de ese no hizo más que incrementar la curiosidad, alejar los destinos y aumentar el nivel de dificultad de ellos (a pesar que nunca salí de Sudamérica). Los seis meses de amistad con Melisa hoy ya van en 12 años, somos prácticamente como hermanas y es la única relación a distancia que he logrado mantener. Después de ese viaje prometimos no dejar pasar más de dos años sin vernos. Así se ha cumplido desde entonces. Te amo preciosa.


Verano del 2006. Entre Ríos, Argentina. Primer viaje a casa de Meli.

Después de estudiar 5 años una carrera que no me lleno el alma y que es completamente opuesta a los valores que he desarrollado supe más aún y decidí que lo que quería hacer era viajar: verlo todo, probarlo todo, experimentarlo en carne propia y que no me lo cuenten. Sumado a esto, siento que nunca encajé en el sistema chileno, aquí se me pasaría la vida entre los reclamos, la intolerancia, los prejuicios, las explicaciones, la envidia y mala onda social absorberían mi alegría (de una forma ya lo estaban haciendo).

Yo no sé que pase conmigo en el futuro y tampoco deseo saberlo. Lo único que busco para mi vida es sentirme feliz, reírme mucho, hacer lo que se me canten las pelotas (que no tengo), estar conmigo!. Quizá mañana tenga que volver a Chile, quizá después de New Zealand venga otra Working Holiday, quizá mañana me coma un tiburón o quizá viva 100 años.

Por ahora, disfrutar!
Con amor desde mi corazón,
Voy y vuelvo!





Nogales, 05 de diciembre 2015.